En caso de duda, consulte a un experto médico.
Muchas heridas comunes pueden tratarte en casa. Pero ¿cuándo se recomienda consultar con un médico?
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Las ampollas son cavidades elevadas llenas de fluido que se crean por debajo o entre las capas de la piel. Pueden estar provocadas por quemaduras, congelación de segundo grado y corrosión química. Sin embargo, la causa más habitual es la fricción física tal como la que produce la utilización de zapatos nuevos, trabajar en el jardín o realizar otros trabajos manuales. En estos casos, las capas superiores de la piel se separan de las inferiores creando esas cavidades huecas que se llenan de fluido tisular.
No debe nunca pinchar una ampolla porque la herida puede infectarse; un apósito adhesivo protegerá la piel frente a más fricción. Hay apósitos especiales que cuentan con capas de gel que ayudan a que la ampolla se cure con mayor rapidez. Estos tipos de apósitos se adhieren a la piel hasta que caen por sí solos. Si la ampolla ya está abierta, primero hay que desinfectar la herida y después utilizar un apósito específico: la almohadilla de gel no se pegará a la herida supurante.
1) Lavarse las manos:
Antes de tocar la zona se deben lavar y secar muy bien las manos.
2) Precaución:
No reviente la ampolla, puede que se contamine la herida. Si ya esta reventada, deje que escurra el liquido antes de cubrir la zona con una cura o apósito.
3) Cubrir la ampolla:
Para evitar que la herida se infecte cubra la zona con una cura o apósito mientras sana. Un apósito hidrocoloide puede ayudar a reducir el dolor y acelerar la curación.
Buscar ayuda médica:
Casos para médicos: las heridas punzantes (sobre todo las producidas por cuerpos extraños), los rasguños y picaduras de animales, las quemaduras de amplio alcance y las heridas que sangren profusamente deberían ser tratadas por un profesional de la salud.